Serie de fotografías de casas abandonadas pertenecientes a campesinos en Anáhuac N.L. Utilicé unas luces sobre ruedas alimentadas con motores a gasolina para iluminarlas en medio de la noche a la manera de monumentos, remarcando su carácter escultórico, ocasionando un sentido teatral que enmarca la dimensión humana de estos vestigios contemporáneos, producto de las incongruentes políticas económicas y del cambio en los modos de vida del país. Las casas ahora, poco a poco, regresan a lo salvaje, al antes de la civilización, tapadas de hierba y colonizadas por hormigas y otros animales.
Las casas se encuentran en la zona llamada “la 15” (el distrito de riego) en el norte de Nuevo León, esta zona fue, en los años treinta, el escenario de la novela “Luto Humano” de José Revueltas. En la novela la tierra se había secado y las políticas agropecuarias no lograron resucitarla, y sus pobladores van muriendo en el abandono y la pobreza. Setenta años después las políticas no han mejorado y la tierra sigue muriendo, llevándose las vidas de sus pobladores. Desde principios de los noventas empezó una sequía que fue acabando con los cultivos. La gente tuvo que emigrar a otras partes, sobre todo a Estados Unidos y a abandonar los campos y sus casas, ahora sólo permanecen habitadas un par. Esta es la historia del norte de México y es también mi arqueología personal, una de las casas es la mi tía abuela, Tina Chapa, casa que visitábamos todos los años, hasta que empezó el éxodo. Ella la abandonó junto a su esposo Pepe Salazar quién murió a principios de este año. Algunos viejos como Doña Juanita Villanueva y Juan Antonio Mejía murieron aferrándose a su casa en una tierra yerma, pero sus hijos escaparon a otros lugares. “Nadie quiso permanecer en una tierra seca, sin lluvias, junto a un río inútil y junto a una presa inservible…” (Revueltas).
Movimiento Señora ha conocido las fotografías de Oswaldo Ruiz aquí
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