Pablo S. Herrero desarrolla su pintura mural en enclaves a medio camino entre campo y ciudad, entre la naturaleza y las estructuras devastadas por el desuso. El rechazo generado a estos lugares son una parte fundamental para el crecimiento de sus árboles ficticios.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario